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viernes, 27 de agosto de 2010

9ª etapa Orihuela del Tremedal-Peralejos de las Truchas

7 de Marzo de 2005



Distancia: 33,26 Km

Asc. Acum. : 953 m

Desc. Acum. : 1.300 m

Altura máx.: 1.578 m

Altura min. : 1.188 m

Valoración: 8

Señalización: Buena. Algunos problemas con la nieve después del alto de Orea, sin señalizar interior de los pueblos, imprescindible llevar una guía.


Hemos dormido bien y hemos descansado suficiente así que después de desayunar nos despedimos del Hostal San Millán. Tenemos buen día de sol pero con mucho frío. Hacemos algunas fotos por el pueblo ya que ayer cuando salimos era tarde y no pudimos hacerlas y el pueblo merece la pena.


La salida es por una pequeña carretera, y a la altura del primer kilómetro tomamos una pista a la izquierda que en suave ascenso nos llevará al Alto de Orea. En el camino, dejamos a la izquierda un lago totalmente helado y el Río Gallo. La nieve se hace más pesada cuanto más ascendemos, y al llegar arriba hacemos un alto para echar un vistazo al valle que dejamos y al que comienza, a la vez que nos despedimos de la provincia de Teruel para entrar en la de Guadalajara. Mucha nieve en el alto y la señalización no es muy buena con nieve, así que tenemos que ir imaginando un poco el camino que nos lleva a Orea y que tenemos a la vista, siempre con ayuda de la guía de “Los senderos de la miel" que nos acompañará en todo el recorrido por esta provincia. La nieve blanda llega cerca de las rodillas y el camino es duro entre campos de labor así que tardamos más de una hora en recorrer los 2,5 kilómetro del tramo. Nos desviamos 200 m de la ruta para tomar un café con un croissant que nos caliente el cuerpo. La salida de Orea también es complicada, la nieve tapa las marcas y tenemos que hacer verdaderos esfuerzos para orientarnos, pero tenemos varios puntos de referencia que nos ayudan a retomar el camino después de cruzar el Arroyo de la Hontezuela, dejando la carretera que va a Checa a la derecha, al igual que el río Cabrillas.
Después de unos kilómetros encontramos una casita de madera donde hacemos un alto, no avanzamos casi nada, el frío es muy intenso y el bigote de Pepe comienza a ponerse blanco de la escarcha al igual que el tubo de plástico de su cantimplora, está completamente congelado, así que no puede beber. Continuamos, solamente orientados por los postes de electricidad, hasta subir un alto por donde continuamos cresteando entre pinos y mucha nieve, y una hora después divisamos la localidad de Checa. Comenzamos a descender de forma complicada perdiendo la señalización entre jaras y pinos.

Antes de llegar a Checa, vemos en la nieve el rastro de un oso que andaba por la zona, aunque luego nos dijeron que no había osos por ahí, aunque las huellas estaban muy claras. Ya en el pueblo y después de cruzar varios arroyos preguntamos por algún sitio donde comer algo, y encontramos un bar unos metros adelante. El dueño, muy agradable, nos pregunta y le informamos de nuestra travesía, comemos unos bocadillos con productos de la orza, lomo y queso y unas cervezas que nos ponen el cuerpo como un reloj. Salimos de Checa por la calle Terreros que es una placa de hielo e inmediatamente y en fuerte ascenso nos ponemos en 1570 m. En la zona denominada Fuentesalada, un poco perdidos del track que marca la guía que indica que el camino va bastante más abajo, aunque las marcas son claras al igual que la lectura, dejando a la izquierda unas antenas de telefonía.
Comenzamos el descenso por un camino muy bonito entre pinos, divisando Chequilla al fondo con sus formaciones de rodeno.
 Al entrar en Chequilla lo hacemos por un desfiladero con mucha nieve, pero muy bonito como todo el pueblo, aunque no vemos a nadie en él.
Son las 16:45 y es imposible llegar a Peralejos de las Truchas sin que se haga de noche, así que decidimos hacerlo por la pista, unos kilómetros más pero mas segura, así que comenzamos a caminar los 13 kilómetros que nos quedan para llegar a nuestro destino de hoy. La pista, con mucho hielo, se hace muy dura al ascender los 1550 m. de un pequeño puerto donde encontramos el gr10 que nos acompaña unos cientos de metros, y que abandona la pista por un sendero a la derecha. Desde aquí descendemos bastante más rápido hasta la carretera que llega a Peralejos de las Truchas, solo nos quedan tres kilómetros por ella para llegar pero ya es noche cerrada, por lo que nos colocamos los frontales y el intermitente rojo en la mochila por si viene algún coche por la espalda. Llegamos a Peralejos a las 20:30, las calles están heladas, haciendo verdaderos esfuerzos para llegar a la plaza, donde tenemos el bar, que se encuentra lleno de gente que se sorprende de vernos, así que conectamos enseguida, pues nos preguntan de donde venimos y donde vamos, acompañados de unas coca colas para recuperar, la chica del bar nos indica que podemos cenar y dormir en la pensión Pura en vez de en el hotel, le hacemos caso pero la verdad que la pensión dejaba bastante que desear, la habitación muy fría a pesar de la calefacción, la cena bastante bien, aunque cualquier cosa nos hubiera venido bien, una sopa de cocido calentita muy buena y unos filetes de lomo con patatas fritas y un flan, después de la sobremesa nos vamos a la cama pero con mucha ropa, esta noche el frío es muy intenso, menos mal que no hemos tenido que usar la tienda para dormir. Mañana no madrugaremos, esperaremos a las 10 horas a que abran las tiendas, tenemos que comprar provisiones para varios días, entramos en el Alto Tajo.

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